Dura piedra de toque
El Numancia estrena su casillero con el primer punto, con el lateral izquierdo por concretar y la necesidad de resolver arriba
Primer toque, primeros mimbres, primeras dudas. La idea era comenzar llevando la batuta y los pupilos de López Garai ejecutaron bien. Quisieron dominar el juego, llevar el peso del partido. Un partido loco en el que el Numancia, con el lateral izquierdo en paños, mantuvo la intensidad casi hasta el final, pero en el que el Córdoba fue de menos a más, supo resolver y se llevó un punto en el 86, con nueve minutos con el añadido en los que pudo pasar cualquier cosa. Al final al Numancia, como al Córdoba, le valió un empate, pero no llevarse los tres puntos con tres goles fuera de casa sugiere que hay cosas por corregir. Nada extraño después de una primera piedra de toque que resultó ser bastante dura.
Con Valcarce y Ripa lesionados, Marc Mateu tenía todas las papeletas para ejercer de lateral izquierdo. El extremo quiso cumplir, pero no realizó su mejor partido en una posición muy retrasada respecto a su zona de confort, no desconocida pero sí atípica últimamente. Lo pagó con el primer gol en contra.
Fue poco antes del descanso, en el 38. Un pase entre líneas de Aguado, sublime por otra parte, rompía la defensa numantina por su costado izquierdo. Alfaro, que estuvo rápido, le ganó la partida a Mateu, que nada pudo hacer ante el pase desde la línea de fondo que engancharía después Jovanovic para batir a Juan Carlos sin opciones.
La probatina, de todos modos, aguantó, pero pudo verse sobre el campo que Mateu, tan atrás, aportó menos de lo habitual. Así que con dos semanas al menos para el regreso de Ripa –el cruzado anterior de Valcarce tardará algo más–, el primer partido de la temporada no solventó los interrogantes alrededor del lateral izquierdo. «Cuando recibes tres goles, el nivel defensivo es mejorable, suele pasar en los primeros partidos», valoró López Garai en los vestuarios al término del encuentro. El técnico, que cuenta además para este desempeño con el canterano Álvaro Mateo, se estrenaba en el banquillo soriano y habló de ese «error» que propició el primer gol, pero consciente de que, al final, «analizándolo fríamente el empate puede ser justo». Aunque consideró que les entró «el miedo a ganar» cuando iban arriba.
Sandoval se armó con una defensa de cinco que casi ahoga a Guillermo y en la salvaguardia numantina destacó el capitán Carlos Gutiérrez, quien seguro y dispuesto despertó de un cabezazo a los suyos con el 1-1 tras el descanso. Arriba apareció también Yeboah, mejor en la segunda parte, autor del gol del empate a dos. Se entendió con Fran Villalba, aunque al valenciano le faltaron ideas. Tampoco estuvo fino Dimanka, aunque dio la asistencia a Oyarzun.
La sensación, en cualquier caso, fue «agridulce». Así lo expresó Juan Carlos.El meta, que se incorporó a los entrenamientos in extremis por lesión antes de viajar a Córdoba y que se estrenó frenando a Alfaro a los 12 de la primera parte, no tuvo excesivo trabajo y encajó tres goles. Se fue con «buenas sensaciones», consciente de que «sumar fuera está bien» de que «hay que potenciar lo bueno y mejorar lo malo».
Los 30 grados tampoco hicieron favor a ninguno de los dos conjuntos. Se quejaba Sandoval al acabar el encuentro de que los tiempos muertos para hidratarse, uno en cada parte, habían cortado el hilo de juego a los suyos. En cualquier caso, la temperatura se dejó sentir en el césped de el Nuevo Arcángel. El cansancio se hizo efectivo entre los jugadores y más patente si cabe con los cambios del banquillo local. Aire fresco que, a pesar de que parecía «que estaba controlado», dijo Atienza, culminó en el tercer empate del encuentro, con poco que hacer en la escuadra numantina. Vuelta al trabajo.
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