Los hosteleros buscan nuevas ‘temporadas altas’ para Soria
Asohtur plantea ideas como apostar por la trufa para mitigar meses ‘malos’
La hostelería soriana presumió ayer de logros y no sólo porque ayer celebrase su patrona, Santa Marta, y premiase a sus negocios destacados. La creatividad ha hecho que en los últimos tiempos sea un sector en auge con impulsos que van desde jornadas monográficas hasta el boom de la micología. Donde antes había meses flojos ahora hay temporadas altas, pero el calendario sigue con baches. Ayer el nuevo responsable del colectivo, Pablo Cabezón, puso una nueva meta sobre la mesa: transformar meses flojos como los invernales en oportunidades a través de productos como la trufa.
Desde la Agrupación Soriana de Hostelería y Turismo (Asohtur) se plantea como clave el evolucionar y ofrecer nuevos alicientes a los visitantes. Intentamos hacer actividades desde la Agrupación para relanzar un poco el sector como las jornadas de tapas y más de la forma en que se han hecho. Creo que han apuntalado un poquito lo que hay a lo largo del año», explicó Cabezón.
«Han hecho por ejemplo que en el tema de la micología sea un referente aquí en Soria. Sobre todo, una temporada que hace diez años era baja, se ha convertido en temporada alta, incluso más alta que el verano. Es un turismo bastante económicamente y más casi que el del verano. Estamos trabajando con el tema de la trufa para que eso se traslade a enero y febrero». Esto supondría que el año hostelero podría arrancar con este hongo, encadenar Semana Santa, el puente de mayo y una época de celebraciones, el verano y la jugosa temporada micológica otoñal.
La clave está en explorar nuevas vías ara lograr animar los meses más flojos y equilibrar los vaivenes del sector, pero sin perder un trabajo que ha dado frutos. Hay que intentar mantener lo que está bien. En las temporadas que funcionan bien hacer cosas para dinamizarlo un poquito y que haya más opciones; y cuando no hay trabajo, cuando no hay turistas, intentar llamar la atención para que vengan en esa temporada». La estabilidad ayudaría, y mucho, a crecer.
Cabezón también destacó que muchas veces el hostelero es el primer rostro soriano que encuentra un turista y puede ser el primer consejero. «Es importante el servicio que hacemos como agencia, a la hora de enseñar o vender a la gente de esta provincia. Antes que una oficina de turismo es el establecimiento el que es capaz de vender lo que queramos. Tenemos que ser capaces de hacerlo para que la gente cuando venga a Soria tenga no sólo el Cañón del Río Lobos y La Laguna sino muchas más actividades. Creo que se están haciendo las cosas mejor, viendo los datos».
UN VERANO AÚN DISCRETO
Por el momento, los datos que manejan desde Asohtur dicen que el verano, temporada alta por definición, «ha empezado un poquito más flojo de lo normal y esperamos que ya a lo largo de esta quincena que viene se solucione un poquito». Tras años de crecimiento, el límite lo pone la propia infraestructura que puede ofertar la provincia.
«El otro día salía un reportaje que mostraba que había menos plazas que hace unos años aunque hay más visitantes. Hay un techo que son las plazas hoteleras y para una ciudad y una provincia de los habitantes que tenemos pueden estar bien. Lo que hay que fomentar es que durante todo el año estén llenas, no que durante picos haya muchos establecimientos y se llenen. Es lo que se está intentando, que todos esos establecimientos tengan una ocupación» con cierta estabilidad que permita mantener los negocios abiertos y dé una cierta seguridad económica.
Ya durante el discurso ante las autoridades, Pablo Cabezón aprovechó para glosar los más de diez años de Asohtur con «iniciativas», pero también para pedir a las administraciones colaboración y escucha. «Queremos tener voz, participar. Vamos a apoyar esas medidas de difusión» desde el sector profesional que permitan estrategias público–privadas con resultados.
Los deseos para el próximo año en el sector hostelero y turístico con «mejorar las cifras, eso está claro; e intentar que la gente pueda gastar un poquito más, un poquito de alegría. Si la gente tiene trabajo y puede empezar a gastar un poquito más, puede hacer que el turismo y la economía que deriva de este sector empiece a crecer un poco». Una reactivación que, al menos de momento, lleva detrás mucho trabajo del sector.
Por otro lado, los representantes oficiales abrieron las puertas de las instituciones en sus breves intervenciones y tanto por parte de la Diputación (José Antonio de Miguel), como del Gobierno (Miguel Latorre), la Junta (Rafael Medina) o el Ayuntamiento de Soria (Yolanda Santos) hubo manos tendidas. Especialmente significativa fue esta última por provenir de la anterior presidenta de Asohtur. Antes de cederle la palabra y un sorpresivo ramo de flores, Cabezón glosó la labor de una mujer que llegó a la agrupación en un momento tenso y delicado la convirtió en una punta de lanza. La nutrida concurrencia la arropó entre sonoros aplausos.
PREMIOS A UNA TRAYECTORIA
La celebración de Santa Marta sirvió además para homenajear a tres hosteleros que llegan a su merecida jubilación y para premiar a otras dos familias por toda una vida de trabajo con resultados que hoy abanderan el sector. En definitiva, cada placa reconoció una trayectoria y una historia personal y juntas sumaban más de dos siglos de cocinas, platos, creatividad y tenacidad.
El premio Establecimiento Hostelero 2019 de Asohtur se fue hasta tierras burgenses. El Virrey Palafox, ya capitaneado por Beatriz Martínez como segunda generación del negocio, se alzó con el galardón gracias tanto a su capacidad de atraer turismo a través de la gastronomía como por una capacidad de trabajo y renovación que le lleva a seguir siendo referente cuando menos nacional.
El reconocimiento al Empresario Hostelero 2019 se escribió en plural y con acento del Moncayo. La familia Modrego Lacal, promotora del Hostal Restaurante Doña Juana, disfrutó ayer en el hotel Leonor del aplauso de sus compañeros de profesión. Con la suma de un negocio de catering (Amantel) y de un espacio para celebraciones (finca palacete La Media Naranja), son también ejemplo de cómo el tesón y la capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos dan réditos. La cuarta generación, de hecho, ya se prepara para tomar el relevo.
Tampoco faltó emotividad en la entrega de placas a los socios que en este último año pasan a la jubilación. Ángel Sanz González recibió aplausos por toda una vida al frente del bar restaurante Calasanz, en Castejón del Campo y atendiendo a miles de conductores de la N–234; Mariano Miguel Lucas recogió emocionado su placa por su labor al frente del Pinocopa y Bar el Sastre de Navaleno; y Carlos Pescador Pérez se llevó el cariño de sus compañeros de profesión tras su larga trayectoria al frente del Bar Restaurante Santo Domingo I y II.