Una carrera de fondo
Soria recibió a 700 deportistas este fin de semana en una disciplina en la que hay grandes exponentes, pero en la que queda por trabajar la cantera
Con la hoja de ruta escudriñada, cerca de 700 ciclistas se dieron cita este fin de semana en Soria para disputar los Campeonatos de España júnior y máster. Algunos de ellos y de ellas –la participación femenina este año es de destacar– se habían pasado días antes a probar el trazado soriano y otros tomaron referencia este mismo fin de semana. Al margen de los cortes de calles y esas molestias puntuales que, inevitables, llegan con un campeonato de estas dimensiones, este pasado fin de semana, los colores de maillots, bicicletas y cascos deslumbraron a aficionados y vecinos en general. Tanto que quizá pudo pasar desapercibida entre lo extenso del pelotón la amplia y sobre todo valiente participación soriana. Algunos novatos, otros curtidos ciclistas aficionados que aprovecharon la cercanía de la prueba para medirse a los mejores máster, otros padres de familia a los que les será difícil repetir la hazaña de participar en un Nacional, los chicos del E.Leclerc, convencidos de dejarse ver para servir de acicate a futuros deportistas, y, entre todos ellos, el único júnior con licencia competitiva en Soria que soñaba, con opciones, con levantar en su provincia el trofeo de campeón de España.
Para Mateo –porque ciclistas González o ciclistas de El Royo hay más de uno– esta ocasión era especial. Por eso cuando cruzó el domingo la línea de meta descolgado del pelotón, desfogado, intentando controlar los calambres que le arrebataron la posibilidad de soñar con auparse como Campeón de España júnior en Soria, casi no levantó la cabeza.
Mateo era el único soriano júnior en la competición, el único con la selección de Castilla y León, ya que en la competición júnior se corría por regiones. El único que conocía al dedillo las carreteras por las que discurría la prueba en línea que se disputó el domingo, en la que él había puesto sus esperanzas después de un primer día de competición, el viernes en la contrarreloj de 18 kilómetros, en la que a pesar de todo hizo un doceavo puesto a dos minutos del primero (27:07). Participaron 37.
El resultado podría parecer menor, pero resulta que una contrarreloj requiere un entrenamiento específico y continuado. Haber cogido la ‘cabra’ lo suficiente. Y no era el caso. Mateo, campeón de España en pista en diversas ocasiones, es especialista en fondo en esta modalidad. Corre asiduamente en Bélgica, donde compite bajo el auspicio de un equipo filial de Trek. Lo que de inicio no es un tema menor.En ruta ha hecho este año un tercer puesto, también algún top diez. Y ha tenido alguna caída, aunque eso no le frena. Antes de abordar el fin de semana decía a este mismo periódico que correr en casa por primera vez en su corta y prolífica carrera deportiva era «un plus de motivación». Lástima que en una carrera de un día no haya margen de error ni tiempo para recuperarse de los pinchazos. Seguro que a partir de ahora ve la cuesta de la Dehesa Serena –una de las claves en cuanto al podio durante todo el fin de semana– de otra manera. Como él mismo dice: «Razones para desmotivarte tienes mil». Para este joven, cocinero en proceso y que cumplirá su 18 cumpleaños en noviembre, empieza ahora una de las mejores etapas de cara a convertir la que es su afición en su profesión. Quemó la bala de Soria, pero desde El Royo, a fuego lento, se va forjando una figura que apuesta a dejar de ser promesa en los próximos años.
LA ANSIADA CANTERA
Que el ciclismo es una carrera de fondo no solo lo deja claro Mateo o su padre, Enrique, árbitro internacional. También aquellos valientes sorianos que se lanzaron este fin de semana a la carretera. «Nosotros queríamos aprovechar el campeonato para dejarnos ver y contribuir a que la gente de Soria se anime a hacer ciclismo, sobre todo los más jóvenes». José María Catalina participó en la prueba de ruta máster 30B. El objetivo era terminar e hizo los exigentes 123,2 kilómetros en 3:38:58. También terminó Eduardo Escobar (3:25:11), quien llegó a meta gracias a que un compañero desconocido le dejó una rueda después de pinchar.
El E.Leclerc, el único equipo soriano, estuvo, cómo no, en el Nacional. Lo hizo por la cercanía, por objetivos deportivos, pero también con esa motivación de dejarse ver y que a alguno de los más pequeños les picara el gusanillo. Soria ha acogido la Vuelta a España en diversas ocasiones, el año pasado se celebró en Campeonato de España absoluto… Pero lo de la cantera, centrada actualmente en El Royo con Mateo y su hermano Antonio, es complicado.
CONCILIACIÓN
También es complicado conciliar. Para David Hernández, navaledense, este era su primer y quizá último Nacional. «Yo es que tengo familia y conciliar es complicado. Si es aquí, vale, pero luego si tienes que irte ya es todo el fin de semana». Terminó en la posición 22 en la categoría máster 40A. Recorrió los 83,9 kilómetros solo dos segundos por debajo del primer soriano en la prueba, Iván de Miguel (E.Leclerc), quien paró el crono en 1:58:14. Carlos Frías, burgense del Ribera Arroyo, cerraba el grupo con 2:12:31 y en el máster 40 B cerró Javier Cuesta (E.Leclerc) con 2:12:38. En la de 50 años, el también soriano Manuel Molina (E. Leclerc) entró en uno de los últimos grupos, el 59 con 2:01:21. Todos ciclistas aficionados. Todos más o menos expertos en malabares entre la familia el trabajo que buscarán si pueden una próxima vez. Aunque pasará algún tiempo hasta que esta prueba llegue a Soria de nuevo.
Con la mejor de las expectativas y también con un gran resultado, el concejal de deportes del Ayuntamiento de Soria, Ángel Hernández, valora de forma positiva el campeonato. Al margen de ese incidente que se produjo entre un vecino y dos policías, destaca el acogimiento de Soria a la prueba y no descarta atraer en el futuro nuevas citas. Menta la BTT, aunque todo está por ver. De momento, la semilla del ciclismo sigue germinando en Soria.
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